En 1925 fue nombrado Primer Ministro y luego Presidente de Albania. Implantó fórmulas de gobierno a la europea en las instituciones del estado pero la estructura social y política de las áreas rurales se mantuvo como en tiempos de la dominación otomana.
Zogu acometió varias reformas importantes como la prohibición del velo islámico, la servidumbre y el maltrato contra los animales. Solicitó y le fueron concedidos créditos por parte de Italia. Por primera vez desde tiempos medievales, Albania comenzó a surgir como una nación, en lugar de ser un mosaico feudal de Beyliks locales.
El 1 de septiembre de 1928 Zogu se autoproclamó Rey ante la Asamblea Nacional Albanesa y siendo coronado Rey de los albaneses (Mbret i Shqiptarëve) y asumiendo también la jefatura suprema del ejército. Prestó juramento a la Constitución sobre la Biblia y el Corán como símbolo de integración de las comunidades étnicas y religiosas de Albania. Proclamó una monarquía constitucional, creó una fuerza policial fuerte, puso en circulación el primer papel moneda albanés e instituyó el saludo Zogist (palma de la mano sobre el corazón con la palma hacia abajo).
En 1929 abolió la Ley Islámica en Albania adoptando en su lugar un Código Civil inspirado en el de Suiza y en las transformaciones realizadas por Ataturk en Turquía.
Zog I logró poner fin a un largo período de turbulencia política y el país gozó de una relativa tranquilidad bajo su régimen. Comenzó un acercamiento a Italia, que lo llevó a firmar un tratado de amistad en 1925 y en 1927 un tratado de alianza defensiva con Mussolini, pactos que terminaron por poner a Albania bajo el control absoluto de Italia. Este estado de cosas terminó por provocar que Mussolini decidiera invadir al país en 1939.
El 8 de abril de 1939, tres días después del nacimiento de su hijo Leka, Zog I escapó de Albania en vista de la invasión italiana. Las fuerzas armadas albanesas constituidas por 13.000 hombres y dos aviones no pudieron resistir ni 48 horas el embate de las fuerzas italianas. El país fue anexionado a Italia y se concedió a Victor Manuel III el título de Rey de Albania.
Cuando huyó al exilio, cargó con gran parte de las reservas de oro del país y, desde Londres, asistió impotente al dominio de Albania por los fascistas italianos primero y al de los comunistas de Enver Hoxha después.
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